INTRODUCCIÓN
Acordaron verse a pie de playa y localizarse por móvil,
de un lado Artio y sus dos esculturales amigas, del otro Roberto, su novia
Alicia y José, un primo lejano de esta última; cada trío acudiría por su lado
en vehículos diferentes y una vez allí harían piña común. Artio, armenio y en
su día obrero de la construcción sin papeles, era tetrapléjico y por tanto tenía
muy limitada su movilidad no obstante Giselle y Ronda se lo manejaban bien, se
conocían desde antes del accidente que lo dejó atado a su silla de ruedas y
solían salir juntos con frecuencia.
Una vez todos reunidos junto a los dos vehículos
organizaron el porteo de los bultos, los chicos cargarían con neveras y hamacas
mientras las chicas se encargarían del resto, Artio como un emperador romano
sobre su palanquín, se dejaría llevar a través de las dunas de ese desierto
costero empujado por unas siempre dispuestas y bellas odaliscas.
Sus rostros mostraban la alegría de esa mañana luminosa y
todos estaban ansiosos por disfrutar de la playa, las olas y el agua cristalina
que llegaba mansamente hasta la orilla, lamiendo la arena húmeda. Todos salvo
Artio, él no estaba dispuesto a que lo metieran en el agua, nunca había sido
hombre de arenas y agua salada a pesar de encantarle la visión del mar; Giselle
insistía en acercarse al puesto de baño adaptado para discapacitados pues allí
contaban con sillas especiales para introducirse en el agua, Artio no consintió
y al final acordaron que él quedaría a cargo de los enseres mientras el resto se
bañaba, por turnos se acercarían a él para
ver si necesitaba algo; contrariadas Ronda y Giselle se resignaron y
junto al resto del grupo iniciaron la marcha en busca de un lugar donde
acomodarse.
Llevaban tiempo planeando aquella salida, de hecho habían
tenido que aplazarla en más de una ocasión dado que siempre había alguno del
grupo que no podía acudir; la idea surgió durante una cena varios meses antes,
acordaron ir todos juntos el primer fin de semana que el tiempo lo permitiera,
se veían poco durante el año y aquel encuentro playero les hacía ilusión a
todos así que por fin habían encontrado la fecha ideal en la que los seis
podían reunirse. Ellas estrenarían el primer biquini de la temporada, ellos
lucirían sus musculados torsos, Artio respiraría el aire marino tan distinto al
de su barrio y todos juntos pasarían una agradable jornada en la playa.
Pero todo no podía salir bien y una serie de
acontecimientos y malos entendidos, iban a dar al traste con todas las
expectativas creadas cuando salieron de casa unas horas antes. Hay veces que
los astros se conjuran y todo sale mal, las cosas más simples se complican sin
saber como y un despropósito lleva a otro y así hasta crearse un caos
incontrolable. Esa mañana luminosa de finales de junio, acabaría convirtiéndose
en un caos y el peor parado de esa sucesión de insólitas situaciones sería el
pobre Artio, sólo, inmóvil y abandonado a su suerte junto a las palmeras. Pero
no adelantemos acontecimientos y centrémonos en el relato de como acontecieron
los sucesos y de como se llegó a una situación tan absurda y a la vez tan critica.
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