viernes, 29 de marzo de 2013

LAS COSAS DEL TENER


Galimatías gestado en plena catarsis uno de mis días tontos.
 
Dicen que quien tuvo retuvo, pero puede darse el caso de que lo tenido volara y por tanto dejara de tenerse; dicen que donde ha habido siempre queda, pero puede darse el caso de que lo que hubo se perdiera no dejando huella donde estuvo; dicen que quien tenga que guarde, pero puede darse el caso de que lo guardado se perdiera dándolo por tanto por perdido. Puede que en un momento concreto alguien haya tenido y tras un paréntesis incierto haya perdido lo tenido, dejando por tanto de tener aquello que tuvo, ¿Qué hacer en esos supuestos? ¿Intentar recuperar lo que se tuvo para volver a tenerlo? ¿Dejarlo correr y hacerse a la idea de no volver a tenerlo? ¿Buscar otras fuentes del tener? Muchas son las opciones que podrían barajarse pero también es cierto que las capacidades para conseguir tener, no son siempre las adecuadas y por tanto hay influencias ajenas a nuestro control, que actuarán a favor o en contra para conseguir volver a tener o recuperar lo que se tuvimos.
Sin tener, poco se puede hacer, de ahí las ansias por tener; si alguien que nunca tuvo llega a tener, es lógico que se resista a dejar de tener lo conseguido y por tanto lo defenderá a capa y espada a veces, incluso a costa de la propia vida; un tener largamente esperado, es mucho más apreciado y por tanto si llegado el caso llegara a perderse lo tenido con gran esfuerzo, la angustia y desazón generados por la pérdida, pueden pasar una factura dramática.
Reafirmémonos en lo tenido y digamos “tengo lo que no tenía cuando no pensaba tenerlo, ahora que por fin lo tengo no sé qué tengo que hacer para no dejar de tenerlo y aun sabiendo que lo tengo, tengo dudas de como retener lo que tengo y no perderlo”. Tener por tener tampoco, pero como se ha dicho un tener ansiado es más apreciado cuando por fin se tiene por eso ahora que ya lo tengo, no quiero dejar de tenerlo pues perder lo tenido siempre es doloroso y triste.
Hay quien no tiene y por desgracia nunca tendrá, pero si en algún momento llegara a tenerlo, se aferrará a ello con uñas y dientes con tal de no perderlo y por tanto, si todo sale bien, seguirá teniendo lo que antes no tenía y nunca pensó tener. Tener es un privilegio que el que no tiene desconoce, por eso se explica las ansias por tener de los que no tienen; es curioso pero frecuente que cuando al fin se tiene, los deseos por tener no cesan, muy al contrario, es normal que se siga queriendo tener más; ¿ambición ¿egoísmo? ¿usura? Cualquier cosa con tal de incrementar lo tenido. El tener o más bien el querer tener, no tiene fondo ni límites; el no tener es cuna de llantos y crisol de frustraciones por tanto se justifica que quien no tiene quiera tener pero ¿y los que tienen? ¿Tienen derecho a querer tener más mientras haya quien siga no teniendo?
Vamos, que si uno no tiene, quiere tener y si tiene, quiere tener más, por tanto uno llega a preguntarse ¿Qué tiene el tener que todos quieren tenerlo? ¿Tengo bastante con lo que tengo o tengo necesidad de tener más de lo que tengo? Al final uno acaba por no saber lo que tiene si es que tiene y en caso de no tener, uno puede llegar a la ofuscación al no saber cuánto puede querer tener por tanto, si se tiene malo y si no se tiene peor.
Mirándolo desde otro punto de vista nos encontramos con que no tener lo tenido no es bueno pues suele echárselo de menos, sin embargo tener lo no tenido, es gratificante pero peligroso pues uno puede acostumbrarse a tener lo que nunca tuvo y que en un momento dado puede llegar a perder. Hay que tener claro lo que se tiene, lo que se tuvo y lo que se aspira tener, para con el balance de todo ello cuadrado poder saber cuándo se tenga, cuanto más se tiene de lo que se tenía hasta el momento de incrementar lo tenido.
El que no tiene hace cábalas con lo que haría sí tuviera, el que tiene también hace cábalas con lo que haría si tuviera más, mientras el primero solo puede hacer cábalas ya que no tiene, el segundo que podría hacerlas realidad malgasta el tiempo valorando opciones y posibilidades diversas de como emplear lo que tiene o viendo la forma de seguir teniendo más.
Dado que si tengo lo que no tuve, tengo más de lo que tenía, podemos afirmar que el tener suma y suma más cuanto más se vaya teniendo ahora bien, si el querer tener queda en mero deseo no llegando a tenerse, la suma es neutra no llegando a inclinar la balanza en ningún sentido. En un tiempo lejano, hace muchos ciclos, nadie tenía nada de nada y un buen día alguien tuvo; el sentimiento de posesión vio la luz y a partir de entonces la humanidad no ha dejado de querer tener más y más, siendo la ambición una fuente de conflictos. Está claro que a estas alturas podemos concluir que tanto el que tiene como el que no tiene, quieren tener lo que no tienen y cuanto mayor llegue a ser el valor y cantidad de lo tenido mucho mejor.
¿Y el que quita lo tenido? El que se lleva lo que no es suyo, el que malversa, el que oculta, el malvado de corazón... Si difícil es llegar a tener, peor aún es que vengan y te quiten lo tenido, perder lo tenido por un quitar anónimo y malvado, es un mal añadido al nuevo estado de carencia en el que quedamos tras ser sustraídos. El alma se oscurece, el espíritu se agrieta y el ánimo se tambalea al ver con impotencia que aquello que tanto costo tener, desaparece en lo que dura un parpadeo.
Sangre con el que roba, con el que sustrae o se lleva; sangre con el que adquiere sin esfuerzo, sin mérito, sin merecer, con aquel que llega utilizando malas artes, atajos prohibidos, engaños o zalamería mal intencionada. Sangre con el bandido de poca monta y el ladrón de guante blanco, sangre y justicia con todo el que se salte las normas. Sangre en fin con todo aquel que tiene lo que no es suyo, con quien manipula lo ajeno, con quien conspira para tener lo prohibido, lo no merecido, lo de otros.
Y ahora miro en mis bolsillos y me pregunto ¿Qué tengo?

1 comentario:

  1. Carlos, tú si que has tenido un buen día al tener tanta inspiración, que casi consigues que tenga la cabeza liada.

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