sábado, 28 de enero de 2017

ANTES DE DESPERTAR

En blanco y negro o en color vives tú historia, esa en la que solo tú eres el protagonista a pesar de los muchos secundarios que te rodean; en ella alcanzas logros inesperados que difícilmente habrías imaginado, sufres amenazas y peligros de  los que no sabes cómo escapar, encuentras amores anhelados de difícil explicación que aun sin merecerlo consumes en momentos de pasión.

Sin un motivo claro sus ojos verdes golpean una y otra vez los entresijos de tú atormentada mente aun a sabiendas de que no los volverás a ver, aquel amor de juventud que aparecía cada noche entre las brumas neuronales de tú materia gris, se perdió hace mucho entre los avatares de una vida mal gestionada; la realidad actual se adentraba en tus sueños y esta era más acuciante e incierta que cualquier otro deseo, marcaba cada minuto de tú vida y tenía abducida tú voluntad ejerciendo un férreo bloqueo sobre cualquier atisbo de actividad.

Hacía demasiado tiempo desde que entró en el periodo más gris de su vida y este parecía no tener fin; el uniforme quedó tirado sobre el sillón rendido ante el adversario, las armas guardadas en los cajones a la espera de nuevas misiones que ejecutar acumularían el polvo del olvido y en el aire un sentimiento de fracaso flotaría impregnando el entorno, dando un sabor  agridulce a toda aquella situación; aquello se intuía el principio del fin.

Al igual que la climatología adversa, su vida era un continuo contratiempo y en él respiraba con dificultad sin poder evitarlo; refugiado en sus sueños los cuales también eran escasos, intentaba soltar amarras y despegar sin rumbo dejando atrás todo aquel lastre que había ido acumulando sin apenas darse cuenta y que llevaba minando su existencia  los últimos años. Con el motor cascado, la estructura muy deteriorada y sin apenas combustible aquel viaje se presumía corto y con un final poco halagüeño pero no por ello dejaba de soñarlo siempre que tenía ocasión y los hados lo llevaban a las brumas de lo inconsciente.

Antes de despertar debía ver imposibles  pues sabía que en cuanto volviera a la realidad, su realidad, todo volvería a ser gris y anodino; agobiado por un camino que parecía no tener fin regresaría a experimentar la opresión y la angustia de unas circunstancias impuestas por ajenos a los que nunca  podría borrar de su cabeza. Maldiciendo la hora en la que no saltó del barco veía como aquel naufragio se estaba haciendo eterno sin poder hacer nada para ponerse a salvo, todo a su alrededor hacía aguas y él ya había perdido la capacidad de mantenerse a flote.


Así pues aferrándose cada noche a unos sueños cada vez más endebles, intentaba prolongar una ficción que lo mantuviera a salvo de su otra vida, aquella en la que todo había salido mal, aquella en la que todo lo conseguido estaba desapareciendo, aquella que  prolongada en el tiempo se había convertido en un calvario de la noche a  la mañana. Solo esperaba un estertor final con el que las escasas energías que aún le quedaban, escaparan de su maltrecho cuerpo y una vez este estuviera libre de ellas, iniciara el largo viaje sin retorno al que todos estamos abocados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario