Uno repasa su historia y tiene una rápida visión de su vida,
de un vistazo sabe si esta ha sido buena, mala o regular, para algunos cabría
encasillarla en la categoría de aceptable, para la mayoría sería mejorable,
para muy pocos sería plena y para todos irrepetible pues una vida no puede
volverse a vivir y por tanto es irrepetible aunque si imitable.
Nuestra historia la marcan los hechos que en ella acontecen y
en los que nos vemos implicados de una u otra forma, aquellos acontecimientos
que de alguna manera nos influyen y nos afectan, las personas con las que nos
relacionamos en mayor o menor medida, el entorno en el que vivimos y los
lugares que visitamos, las profesiones que desempeñamos, los libros que leemos,
la música que oímos, las películas que visionamos o el teatro al que asistimos.
Nuestra historia es una cadena formada por cientos, miles de
eslabones que constituyen la infinidad de detalles en los que nos vemos
inmersos desde el mismo momento en el que vemos la luz; nadie sabe a ciencia
cierta si las trayectorias vitales están predeterminadas pero es un hecho
contrastado que algunos acontecimientos truncan vidas llevándolas por unos
derroteros inesperados.
Si algo caracteriza al ser humano a diferencia de otras especies
es su capacidad para adaptarse a las adversidades, nadie como él es capaz de
superar situaciones límite en las que otros sucumbirían; su inteligencia e
ingenio le ha permitido diseñar las herramientas necesarias para combatir y
superar cualquier contratiempo o al menos un gran número de ellos y al hacerlo,
estos logros pasan a marcar sus existencias llenando las páginas de su
historia.
Nacimientos, bodas, funerales, primeros amores, primer
trabajo, hechos que de alguna forma quedan grabados en nuestra memoria como
referentes de nuestra existencia sin los cuales, nuestro paso por la vida
no dejaría huella; con cada logro, con
cada fracaso, con cada ilusión, con cada desengaño, con cada reto, con cada
abandono… se va construyendo el edificio que albergará nuestro currículum y él
será, llegado el momento, quien dé testimonio de nuestro paso por la Tierra cuando ya no estemos en ella.
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