sábado, 9 de mayo de 2015

NECESIDADES INNECESARIAS

La vida si bien la miramos es un acontecimiento sencillo dentro de una complejidad que escapa a nuestro control, está claro que conocer y actuar sobre la parte orgánica de la misma no es una tarea fácil y que pueda llevar a cabo cualquiera, pero dejando a un lado el impresionante complejo biológico, la vida como tal es o debería ser algo sencillo con pequeñas variantes. Tras nacer nos dejamos llevar por los cuidados de otros, un poco más tarde estos otros tutelan nuestros pasos hasta el día en que empezamos a volar con nuestras propias alas; crecemos, adquirimos conocimientos y experiencias, hacemos amigos y nos enamoramos, acabamos una carrera, aprendemos un oficio y en el mejor de los casos encontramos un trabajo….y nos pagan por el; seguimos creciendo, madurando, adquirimos más experiencias, encontramos pareja, nos juntamos o casamos y antes o después nos empreñamos, poniendo en la línea de salida a un nuevo bólido que iniciará su propia carrera.

Seguimos creciendo que ahora ya se dice ir haciéndose mayor, llegamos a la cima de nuestra particular colina vital alrededor de los cuarenta y a partir de aquí iniciamos el rápido descenso de la misma, ahora ya siempre iremos cuesta abajo, comenzamos a aproximarnos a nuestra línea de meta pero con el inconveniente de que no hay premio al llegar a ella aunque, algunos  alcanzan un nivel superior y se dice de ellos que han pasado a mejor vida, imagino que esto irá por barrios, en el mío la palmas y se acabó, no ves  luces de colores ni te reciben cuarenta vírgenes haciéndote la ola, no encuentras un lugar reservado para ti  a la diestra del Señor ni fiesta alguna de recepción con globos y serpentinas, tan solo dos opciones y ninguna buena, o pudrirte en un cajón de pino o bien volatilizarte en una fogata íntima pero en ningún caso te ves sometido a una catarsis o cambio extemporáneo que te haga llegar al más allá pues ¿Qué es eso del más allá? ¿Dónde está ese sitio que no viene en ninguna guía? Si tan bueno fuera seguro que alguien habría hecho propaganda del mismo pero no en aburridas homilías, propaganda de verdad, de la buena, de la que cala en el alma, ¿Qué donde dan esa? Pues donde va a ser en el Google y el Wikipedia, con SMS y videos en Youtube y que yo sepa de eso hasta la fecha no hay nada así que esto me lleva a pensar que el más allá debe ser ficticio o estar muy lejos por lo que nadie ha llegado aun.


Otro aspecto de esa marcha final y que a día de hoy supongo todo el mundo tiene claro es que para ese último viaje las alforjas van vacías, vamos que incluso te vas sin alforjas, como suele decirse uno sale de aquí con lo puesto sobre todo si va a pasar por el hornillo; este último aspecto ha cambiado mucho y va por culturas y épocas históricas pues bien sabido es por las personas cultivadas entre las que incluyo a mis sufridos lectores, que estamos cansados de ver y leer sobre templos funerarios en donde el finado era enterrado con infinidad de enseres, alimentos, animales de compañía e incluso esclavos para hacerle la existencia más plácida en la otra vida, en esa que algunos dicen hay en el más allá y ya estamos otra vez con la misma; suponiendo en el mejor de los casos que efectivamente, hay un más allá ¿Quién nos dice que allí no haya de todo? Incluso puede que más barato; si cada vez que salimos de viaje por largo que este sea, tuviéramos que llevarnos gran parte de lo que tenemos en casa incluso al servicio, sería un caos operativo y económico, con esas premisas casi nadie podría viajar y yo me digo ¿para que llevar al servicio si seguro a donde vamos hay gentes amables esperándonos? Y sigo diciéndome ¿para que llevar tantos enseres si solo me puedo pagar una habitación doble? Y concluyo para mi mismo, mejor ir ligero de equipaje.

Volviendo a etapas anteriores, a momentos durante el largo recorrido por la vida y mucho antes de alcanzar la fatídica línea de meta; consideremos al género humano, sobre todo al supuestamente desarrollado, como tonto del culo y me explico, se dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, por desgracia para él no solo lo hace un par de veces sino muchas más y es que el jodido no aprende de sus errores y ya se sabe “quien no conoce la historia está condenado a repetirla” y lo hacen una y otra vez. En su torpeza el hombre para hacerse la vida más fácil se ha rodeado de una serie de elementos que han acabado por esclavizarlo, ya no puede vivir sin ellos y lo que es peor aun, ha dejado en manos de estos la iniciativa y desempeño de muchas funciones vitales que poco a poco el torpe humano ha olvidado desempeñar; muchas de estas comodidades nos han embrujado en un falso bienestar el cual en un momento dado y sin previo aviso, puede desaparecer dejándonos con las manos vacías y torpes de destrezas ¿alguien ha llegado a pensar por un momento lo que sería su mundo si desapareciera la electricidad? Caótico y desesperante, traumático y desalentador, asfixiante y demoledor…
 
Poco a poco hemos ido añadiendo pequeños lastres a nuestra vida cotidiana en forma de tecnología aplicada, diseño ergonómico, novedosos transportes y así un largo etcétera de avances que sutilmente y de manera subliminal nos hacen la vida más fácil y a la vez nos hacen más inútiles y dependientes; quien nos iba a decir hace apenas un par de décadas que todos tendríamos un ordenador o más en casa, que desde nuestra pantalla y en tiempo real accederíamos a cualquier lugar del mundo, que los teléfonos cabrían en la palma de una mano convirtiéndose en una prolongación de la misma, que con simplemente apoyar la yema de uno de nuestros dedos sobre una placa obtendríamos fuego, que podríamos gestionar los elementos de nuestra vivienda con simples órdenes de voz, que llegaríamos a conducir nuestros vehículos sin ni siquiera tocar el volante, que nos moveríamos por el continente con lo que costaba un taxi para cruzar la ciudad, que se podrían dirigir intervenciones quirúrgicas a muchos kilómetros de distancia….. El hombre avanza y en su avance se esclaviza aun sin darse cuenta de ello pues el desarrollo marca su peaje y antes o después querrá cobrárnoslo, es por ello conveniente estar preparados para llegado el día poder pagarlo.


Cuando obsequiamos a nuestro hijo con su primer teléfono móvil con la absurda idea de así tenerlo más controlado, a parte de estar engañándonos a nosotros mismos estamos dándole un regalo envenenado del que ya nunca podrá escapar; a partir de ese momento toda su vida girará en torno al diabólico ingenio, desde el primer momento en que encienda la pantalla quedará embrujado sin antídoto posible conocido, pasando a formar parte de la masa autómata que deambula por nuestra sociedad.



Seamos más personas y menos máquinas, vivamos más la vida por nosotros mismos y no a través de los ingenios que hemos creado, disfrutemos de las cosas sencillas y no busquemos la complejidad tecnológica pues algún día esta puede volverse en contra nuestra, usemos los avances tecnológicos en su justa medida pero no nos dejemos esclavizar por ellos, fomentemos la interacción personal en contra del el aislamiento virtual, disfrutemos de la naturaleza y el aire libre evitando los bunkers domotizados en los que hemos convertido muchos de nuestros hogares; aprovechemos nuestras costas, nuestras playas, nuestros valles y montañas, también nuestras calles y plazas, mezclémonos los unos con los otros creando una masa viva y latente en continuo movimiento, en continua búsqueda, en continuo aprendizaje, ayudémonos, compartamos, abandonemos muchas de esas necesidades innecesarias que torpemente nos hemos creado y que sin darnos cuenta marcan nuestro día a día, solo así haremos más humano este mundo acercándolo a la esencia original del ser humano.

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