domingo, 28 de diciembre de 2014

ABRAZOS PERDIDOS

En cierta ocasión escuché “con los años que nos conocíamos y nunca nos habíamos dado un abrazo…cuando lo hicimos fue un instante mágico”, también leí no sé ahora donde “llegará el día en que los médicos recetarán agua pura, descanso y abrazos como medicinas para una vida sana y plena”. 

El abrazo es una manifestación corporal de afecto universal y gratuita al igual que el beso o el saludo aunque a veces pueda ser hipócrita, comprometida, traicionera; la pérdida de la capacidad de abrazar puede llegar a ser frustrante al igual que lo es la pérdida del olfato o el gusto. No poder demostrar nuestro afecto por medio del abrazo, puede llegar a crear una  gran merma en nuestro ánimo, a veces esta puede llegar a ser compensada con otras estrategias pero en ocasiones no llega a conseguirse y por tanto ese déficit en la capacidad de expresión se enquista y duele.


Fundirse en un abrazo con un ser querido, admirado o tan solo apreciado es una manifestación de afecto difícilmente imitable por otros tipos de expresión, el amplio contacto corporal permite aunque sea fugazmente, un intercambio de energía entre los dos seres que se abrazan, si entre ellos existen lazos más íntimos este contacto adquiere un significado más placentero y si además entre ambos cuerpos abrazados existen vínculos amorosos, ese contacto puede llegar a hacer que sus corazones latan al unísono sincronizando sus almas en un momento cósmico.

En muchas ocasiones el abrazo está vacío de contenido, no hay sentimiento ni emoción en el gesto, tan solo es un automatismo aprendido como el dar las gracias, la mano o los buenos días, se hace por que siempre se ha hecho. Existen diferentes tipos de abrazos según el momento, lugar, circunstancias y lazos existentes entre los abrazados, el mismo abrazo en contextos diferentes tendrá significados distintos y así lo perciben los abrazados; siempre prevalecerá como base del gesto un afecto verdadero o fingido haciéndose extensible en ocasiones al cumplimiento de normas protocolarias.


El abrazo debe ser frontal, pecho con pecho, con los brazos cogiendo por detrás de la cintura, la espalda, el cuello o en una combinación de todas ellas, aceptándose ligeras inclinaciones de tronco  hacia uno u otro lado; un falso abrazo posterior aplicando el pecho del que abraza sobre la espalda del abrazado/a es una variedad que entraría en la categoría del abrazo íntimo, es un abrazo que no se le da a cualquiera.

El abrazo a horcajadas también pertenece a la categoría de íntimo, realizado sentado o en de la cama, vestidos o desnudos, en este abrazo uno monta al otro de manera próxima, penetrante, abarcando todo su tronco con los brazos, puede acompañarse de besos y caricias según las circunstancias en que se dé. El abrazo amante debe hacer sudar, la pasión debe aflorar por todos los poros y así, el fluido de amor, lubricará las pieles en contacto incrementando el goce de ambos cuerpos.

El abrazo de protocolo, muy frecuente en el mundo diplomático, como su nombre indica es un gesto impuesto por las circunstancias muchas veces en eventos significados, en ocasiones se acompaña de beso o roce de mejillas en una, dos o hasta tres veces según las culturas de los abrazados. Otra variante es el abrazo campeón, el del triunfo, llevado a cabo para celebrar el éxito y muy utilizado en prácticas deportivas; puede llevarse a cabo por parejas o en grupo en cuyo caso  hablaremos de abrazo triunfal múltiple, tras él puede darse paso al manteo o agasajo de uno de los miembros del grupo.

El abrazo dolente o consolador, llevado a cabo en momentos de duelo o angustia extrema, suele acompañar a situaciones de tristeza, agobio y desesperación; no soluciona nada pero con él intentamos empatizar con la persona abrazada, suele ser prolongado y puede ir acompañado de lágrimas sentidas o fingidas. El abrazo de encuentro o despedida, suele ir acompañado de alegría o tristeza según el caso si entre los abrazados existe algún vínculo afectivo, su duración e intensidad es variable, no es rara la presencia de alguna muestra de cariño mutuo como besos o caricias faciales sin descartar el palmeteo de espaldas mutuo.

En ocasiones la limitación física impide el acto del abrazo, en estos casos tal acto puede llegar a anhelarse aun no siendo manifestado, es un quiero pero no puedo o un casi puedo pero no llego; hay que buscar otras formas alternativas de abrazo y una de ellas puede ser el abrazo lateral a un miembro, no es tan gratificante pero permite una aproximación del abrazado y un contacto parcial aceptable. Si se realiza desde  una posición inferior por parte de uno de los abrazantes, aparece el hándicap de la diferencia de alturas por lo que casi siempre en estos casos y debido a lo incómodo de la postura el abrazo es breve, fugaz e incompleto quedando muchas veces el acto en un abrazo más virtual que real.


Cualquier momento es bueno para abrazar por tanto no restrinjamos dicho acto a las ocasiones especiales. “Y con un vestido corto estrenado para la ocasión, se acercó a mí y tras plantarme un beso en los labios, se sentó a horcajadas sobre mis piernas fundiéndonos en un cálido abrazo” (una noche de verano de cualquier verano).


Todos estamos necesitados de abrazar y ser abrazados no debiendo quedar nadie sin tal manifestación de afecto por tanto, todos deberíamos tener nuestra ración de abrazos de manera regular pues como se ha dicho son gratuitos, gratificantes y no requieren ningún tipo de preparación. Un abrazo que no se da es un abrazo que se pierde, practiquemos pues el acto de abrazar y reduzcamos al máximo el número de abrazos perdidos.

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