sábado, 29 de julio de 2017

UTÓPICA FELICIDAD

Hay quien dice que unas horas de felicidad valen por toda una vida no obstante hay quienes en toda una vida no obtienen unas horas de felicidad, sea como fuere se me antoja  poco premio tan solo unas horas felices, por mucha calidad que tenga esa felicidad, para compensar toda una vida. Es cierto que la norma en la mayoría de vidas es no ser consciente de cuando se está siendo feliz, de hecho nos damos cuenta de los buenos momentos cuando estos ya han pasado.

Y así vivía plácidamente su vida ajeno a los avatares que se  estaban gestando en el horizonte de su existencia, nada hacía presagiar los acontecimientos que estaban a punto de tener lugar o igual si pero ellos no eran capaces de verlos. Echando la vista atrás y llevando esta hasta su etapa adolescente podía apreciar la cadena de errores cometidos, unos sin importancia otros con trascendencia, y quizás la suma de ellos le había llevado a su situación actual, quizás no, con toda seguridad lo habían hecho.

A pesar de sus circunstancias podría decirse que no le había ido mal, una buena ocupación, unos buenos ingresos, una vida social si bien limitada al menos aceptable y un trocito de mar reservado desde su ventana en la casa de la playa. Lo que hasta ahora siempre había ido bien en un momento dado empezó a torcerse, sin tener claro cuando tuvo lugar el punto de inflexión que cambiaría sus vidas todo parecía seguir sin contratiempos hasta que un buen día el castillo de naipes comenzó a desmoronarse.

Impotente vio como todo lo conseguido amenazaba con desaparecer, cambiando de manos de un día para otro; la cabeza entonces empezó a elucubrar los escenarios más nefastos, impensables hacía pocos meses. Poner en manos de terceros las gestión de su destino era el mal menor dada la situación acontecida y por otro lado, poco más podía hacer que confiar en los que entendían de este mundillo bucanero para que defendieran sus intereses. Y el tiempo pasaba, lento y espeso como la bruma.

La hora del desenlace se aproximaba, tras muchos meses de tiras y aflojas parece que el fin estaba cada día más cercano y este podía desembocar en un choque de trenes del cual saltarían chispas que culminarían con una ruptura total. Ya  ha hubo amagos con anterioridad en los que una parte dejó claras sus intenciones respecto a hechos pasados, estas mismas  partes parecían tener un velo en los ojos que les hacía olvidar lo que en un pasado les salvó y les permitió seguir adelante, esa ceguera malintencionada debería pasarles factura de alguna manera pues si el apoyo en el pasado tuvo su efecto positivo, hoy debería tener su justa recompensa, pero a la vista de su aptitud no cabía esperarla.


Tras el desenlace las alforjas quedarán vacías, habrá que empezar de cero pero con las fuerzas ya muy mermadas y el ánimo herido de muerte; habría que esperar al desenlace final para ver que quedaba de todo aquello que tuvo, una vez hecho recuento de existencias ver así mismo el modo de salvaguardarlas y hacer uso de ellas pero por encima de todo, había que empezar a ser hormiga almacenando dentro de sus escasas posibilidades, un bagaje que le permitiera afrontar el corto futuro que se abría frente a él con unas mínimas garantías de supervivencia. Utópica felicidad, quien la encuentre que no la deje escapar.

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