En cierta ocasión escuché “con los años que nos conocíamos
y nunca nos habíamos dado un abrazo…cuando lo hicimos fue un instante mágico”,
también leí no sé ahora donde “llegará el día en que los médicos recetarán
agua pura, descanso y abrazos como medicinas para una vida sana y plena”.
El
abrazo es una manifestación corporal de afecto universal y gratuita al igual
que el beso o el saludo aunque a veces pueda ser hipócrita, comprometida,
traicionera; la pérdida de la capacidad de abrazar puede llegar a ser
frustrante al igual que lo es la pérdida del olfato o el gusto. No poder
demostrar nuestro afecto por medio del abrazo, puede llegar a crear una gran merma en nuestro ánimo, a veces esta
puede llegar a ser compensada con otras estrategias pero en ocasiones no llega
a conseguirse y por tanto ese déficit en la capacidad de expresión se enquista
y duele.
Fundirse en un abrazo con un ser querido, admirado o tan solo
apreciado es una manifestación de afecto difícilmente imitable por otros tipos
de expresión, el amplio contacto corporal permite aunque sea fugazmente, un
intercambio de energía entre los dos seres que se abrazan, si entre ellos
existen lazos más íntimos este contacto adquiere un significado más placentero
y si además entre ambos cuerpos abrazados existen vínculos amorosos, ese
contacto puede llegar a hacer que sus corazones latan al unísono sincronizando
sus almas en un momento cósmico.
En muchas ocasiones el abrazo está vacío de contenido, no hay
sentimiento ni emoción en el gesto, tan solo es un automatismo aprendido como
el dar las gracias, la mano o los buenos días, se hace por que siempre se ha
hecho. Existen diferentes tipos de abrazos según el momento, lugar,
circunstancias y lazos existentes entre los abrazados, el mismo abrazo en
contextos diferentes tendrá significados distintos y así lo perciben los
abrazados; siempre prevalecerá como base del gesto un afecto verdadero o
fingido haciéndose extensible en ocasiones al cumplimiento de normas
protocolarias.
El abrazo debe ser frontal, pecho con pecho, con los brazos
cogiendo por detrás de la cintura, la espalda, el cuello o en una combinación
de todas ellas, aceptándose ligeras inclinaciones de tronco hacia uno u otro lado; un falso abrazo
posterior aplicando el pecho del que abraza sobre la espalda del abrazado/a es
una variedad que entraría en la categoría del abrazo íntimo, es un abrazo que
no se le da a cualquiera.
El abrazo a horcajadas también pertenece a la categoría de
íntimo, realizado sentado o en de la cama, vestidos o desnudos, en este abrazo
uno monta al otro de manera próxima, penetrante, abarcando todo su tronco con
los brazos, puede acompañarse de besos y caricias según las circunstancias en que
se dé. El abrazo amante debe hacer sudar, la pasión debe aflorar por todos los
poros y así, el fluido de amor, lubricará las pieles en contacto incrementando
el goce de ambos cuerpos.
El abrazo de protocolo, muy frecuente en el mundo
diplomático, como su nombre indica es un gesto impuesto por las circunstancias
muchas veces en eventos significados, en ocasiones se acompaña de beso o roce
de mejillas en una, dos o hasta tres veces según las culturas de los abrazados.
Otra variante es el abrazo campeón, el del triunfo, llevado a cabo para
celebrar el éxito y muy utilizado en prácticas deportivas; puede llevarse a
cabo por parejas o en grupo en cuyo caso
hablaremos de abrazo triunfal múltiple, tras él puede darse paso al
manteo o agasajo de uno de los miembros del grupo.
El abrazo dolente o consolador, llevado a cabo en momentos de
duelo o angustia extrema, suele acompañar a situaciones de tristeza, agobio y
desesperación; no soluciona nada pero con él intentamos empatizar con la
persona abrazada, suele ser prolongado y puede ir acompañado de lágrimas
sentidas o fingidas. El abrazo de encuentro o despedida, suele ir acompañado de
alegría o tristeza según el caso si entre los abrazados existe algún vínculo
afectivo, su duración e intensidad es variable, no es rara la presencia de
alguna muestra de cariño mutuo como besos o caricias faciales sin descartar el
palmeteo de espaldas mutuo.
En ocasiones la limitación física impide el acto del abrazo,
en estos casos tal acto puede llegar a anhelarse aun no siendo manifestado, es
un quiero pero no puedo o un casi puedo pero no llego; hay que buscar otras
formas alternativas de abrazo y una de ellas puede ser el abrazo lateral a un
miembro, no es tan gratificante pero permite una aproximación del abrazado y un
contacto parcial aceptable. Si se realiza desde
una posición inferior por parte de uno de los abrazantes, aparece el
hándicap de la diferencia de alturas por lo que casi siempre en estos casos y
debido a lo incómodo de la postura el abrazo es breve, fugaz e incompleto
quedando muchas veces el acto en un abrazo más virtual que real.
Cualquier momento es bueno para abrazar por tanto no
restrinjamos dicho acto a las ocasiones especiales. “Y con un vestido corto
estrenado para la ocasión, se acercó a mí y tras plantarme un beso en los
labios, se sentó a horcajadas sobre mis piernas fundiéndonos en un cálido
abrazo” (una noche de verano de cualquier verano).
Todos estamos necesitados de abrazar y ser abrazados no
debiendo quedar nadie sin tal manifestación de afecto por tanto, todos
deberíamos tener nuestra ración de abrazos de manera regular pues como se ha
dicho son gratuitos, gratificantes y no requieren ningún tipo de preparación.
Un abrazo que no se da es un abrazo que se pierde, practiquemos pues el acto
de abrazar y reduzcamos al máximo el número de abrazos perdidos.