sábado, 22 de junio de 2013

MARIPOSAS DE COLORES


Como han cambiado los tiempos desde que tenía esa edad en la que crees poderte comer el mundo y ojo, no soy tan mayor, pero esto se ha pasado volando y a poco que nos descuidemos, nos vamos a criar malvas con las hadas a menos que nos pasen por el microondas y tan solo queden de nosotros, un puñado de cenizas vete tu a saber de que procedencia y con cual destino.

Como decía al principio, cuan diferentes son las cosas ahora tan apenas tres décadas después de aquellos días felices y desenfadados, somos los mismos en esencia pero el mundo que nos rodea ha cambiado, los valores que nos unían se han perdido, las llamadas libertades adquiridas son ficticias, los de arriba siguen arriba y los de abajo siguen abajo pero curiosamente, hay muchos menos arriba y muchos más abajo.

El llamado estado del bienestar es tan solo un término mal aplicado y vacío de contenido dada la falta de medios con el que llevarlo a cabo, donde los avances sociales muchas veces nimios pero bien vendidos, parecen compensar a muchos colectivos, antes considerados marginales, los cuales siempre han hecho gala de un victimismo que en ocasiones les ha ido muy bien. Eran las plañideras de nuestra sociedad y sus problemas siempre tenían un origen en la incomprensión y el rechazo del grupo dentro del cual vivían; muchos de ellos han sabido rentabilizar ese supuesto acoso y persecución hasta la saciedad y ahora creen ser un soplo de aire fresco dentro de esa sociedad avanzada y moderna en la que subsisten.

En la actualidad algunos medios de comunicación y quienes son conocidos a través de ellos, se han levantado como abanderados de causas y estilos de vida diferentes a lo que la sociedad estaba acostumbrada, la cosa no viene de ahora pues ya llevamos alguna década que otra alegrando las proclamas y manifestaciones con colorines variados de lo más exótico; es lo que tiene la alegría de la libertad, por muy jodido que esté uno como puede salir a la calle a gritar y exhibirse, sufre su realidad más complacido y una vez en la calle, al ver a tantos de su condición en agitado frenesí reivindicativo, parece como que se crecen ante la adversidad.

Sin ir más lejos sirva como ejemplo el Día Internacional  del Orgullo Gay (28 de junio), efeméride que conmemora los disturbios que tuvieron lugar desencadenados por una redada policial en el Stonewall Inn, un pub del barrio neoyorquino de Greenwich Village en 1969; tras el acto represivo se produjeron manifestaciones espontáneas y violentas, siendo la primera vez que la comunidad LGBT se enfrentaba al poder establecido por defender sus derechos de libertad sexual. Hasta aquí todo muy bien, ellos como cualquier otro colectivo, tienen derecho a tener un hueco en la sociedad en la que viven en igualdad de condiciones, con los mismos derechos y las mismas obligaciones no obstante en los últimos tiempos, a más de uno se le ha ido la mano con esto del orgullo.



Estoy de acuerdo con que cada uno elija  con quien quiere meterse  en la cama, soy de amores libres y cuanto más guarros más satisfactorios, estoy de acuerdo con eso que algunos llaman experimentar para encontrarse, si es que andaban perdidos, hasta si me apuras estoy de acuerdo con eso de las orgías en multitud con gentes desconocidas, aunque a mi eso de más de una lombriz en el capazo siempre me ha puesto en guardia (soy más de un buen plato de mejillones), así pues me llama la atención la obsesión que parece imperar en este colectivo por manifestar públicamente su condición sexual.

Imaginemos por un momento un país de raza blanca, por poner un color, en el cual un negro, chino, indio o maorí fuera alardeando obscenamente de su raza, exhibiendo de  manera impúdica su desnudez para mostrar el color de su piel, manifestando un lenguaje corporal la mayor parte del día para reivindicar su etnia; como poco obtendría la burla y el rechazo de quienes le rodearan porque un poco de color alegra la vista pero un exceso cansa, aburre y puede llegar a molestar. Pues esto es lo que está pasando con los del orgullo, ya aburren con tanta manifestación y no me estoy refiriendo a su día en concreto, pues tienen derecho a celebrarlo tanto como la virgen del Pilar, aunque quizás un poco menos de ostentación no iría mal pues ya roza lo chabacano y surrealista, esta bien que por un día abran el gallinero y dejen volar su pluma pero sin avasallar al resto de los miembros de la granja.

Haciendo una comparativa con el mundo de la diversidad funcional, un gran número de estos diversos sexuales ejercen su condición públicamente las veinticuatro horas del día y yo me pregunto ¿a quien le importa si a ellos les gusta que les llenen el tubo de escape o sienten predilección por desatascar tuberías? puede haber hetéros y de hecho seguro que los hay, que aún practicantes del cunnilingus en sus sesiones amatorias, no van durante el día agitando sus lenguas como si chuparan un helado, no son como los reptiles cuyo apéndice vibrátil es parte de la expresión de sus fauces; la lengua debe ir dentro de la boca al igual que el apéndice sexual dentro de los calzoncillos.


Sigamos pues explorando las entrañas de este gremio multicolor siempre ansioso por reafirmarse, ¿tan inseguros son que necesitan hacerlo a diario? No veo yo que a los que nos gustan las mujeres lo estemos dejando caer a la más mínima oportunidad incluso sin venir a cuento, esta manía de algunos presentadores de televisión de tener siempre la coletilla “mi marido” en la boca no acabo de entenderla. Ya sabemos todos que aquí se pueden casar, ya sabemos todos que han elegido un él o ella como pareja ¿Por qué estar a todas horas haciéndonos memoria de ello? Si a nosotros nos la suda con quien intercambien sus fluidos, si nos viene al fresco que  intercambien su ropa interior, que no nos preocupan ni nos quitan el sueño sus asuntos carnales, que nos da igual si prefieren percebe o mejillón.

Curioso es también la avalancha de salidos del armario que han aparecido en los últimos tiempos, yo al principio pensaba que serían armarios tipo taquilla de vestuario pero a la vista de lo que hay, estamos hablando por lo que parece, de armarios roperos de tres y cuatro cuerpos, yo ante esta situación inaudita hace unos años, estoy por cerrar los míos con llave no sea que cualquier mañana amanezca entre flores silvestres.

Que bonito es el amor al prójimo me digo convencido pero ¿es necesario llevarlo escrito en la frente? ¿Es exigencia del guion estar siempre haciendo ojitos o poniendo morritos bobos? Yo creo que no, que me digan donde está escrito eso, ¿va implícito en los genes? Seguro que no puesto que hay homos muy dignos y serios en su desempeño vital por tanto me pregunto ¿Qué lleva a algunos a querer exhibir su pluma alardeando de su diferente condición? Ni las putas van por la vida las veinticuatro horas pregonando a pecho descubierto su condición de mujeres públicas, se sabe que lo son y punto.

Es triste y preocupante también, reconocer que algunos de estos personajes de pluma alada, tienen poco más que su condición sexual para abrirse camino en la vida y algunos medios en la actualidad, los acunan y les hacen la ola como si de individuos ilustres se tratara; no entiendo que el éxito de algún libro radique en ofrecer al lector un currículum vitae basado en la cantidad de polvos y con quien han sido compartidos, contar el lugar y como lo desfloraron a uno entiendo que no es ningún mérito añadido al bagaje personal. En ese aspecto creo que ganan las chicas, tengo la impresión a la vista de cómo está el patio, de que ellas lo viven de manera más normalizada y sin tanta estridencia.



El mundo lésbico aún perteneciendo a esa misma diversidad sexual, alardea menos de su condición siendo igual de digna, la verdad es que no se por que se debe alardear en este aspecto de unos gustos u otros, hoy hay libertad para ser lo que uno quiera ser, besar lo que uno quiera besar, yacer con quien uno quiera yacer  por tanto ¿Por qué no se hace uso de esa libertad sin más y nos dejamos de  tantas historias y ganas de protagonismo? Dejemos volar a esas mariposas de colores sin límites ni cortapisas, que ejerzan su sexualidad libre y satisfactoriamente pero ojo, que no la busquen donde no se la quiere; por suerte hoy ya no abundan los buscones de cine de reestreno que se sentaban a tu lado y muy sutilmente, te iban tanteando a ver lo que caía con los ojos vidriosos inyectados en un febril deseo, a más de uno de esos pajilleros de barrio conozco yo que se fueron sangrando a casa por las caricias de una Tizona.


Así pues que vuelen las mariposas de colores, que vuelen libremente y sean felices en su diversidad y estilos de vida pero que su vuelo, sus arrumacos y sus esperpénticas manifestaciones, nunca nos oculten la luz del sol pues sus rayos deben brillar para todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario