sábado, 15 de noviembre de 2014

EXPERIENCIA POLINESIA

Por fin llegó la fecha, poco a poco cada día ha ido quedando menos para cumplir un sueño largamente esperado, soltar amarras e iniciar el gran viaje que me lleve a los mares del sur; nuestro medio de transporte será el OideMar, un motovelero mallorquín de algo más de diez metros de eslora botado en un astillero de Pollença hace unos años; la pequeña embarcación ya ha superado en el pasado varios temporales con nota pero el reto que ahora se le presenta por delante, es toda una incógnita de resistencia marinera. La cabina está dotada de todo lo necesario: un camarote en proa con dos literas, una más en popa para el navegante en el lado de babor, un cuarto de aseo reducido pero con todos los elementos necesarios, un salón cuya mesa abatible permite la transformación de esta en una gran cama a estribor y el largo banco a babor que ubica cocina, nevera, despensa y numerosos cajones, todo el habitáculo está repleto de tambuchos y estantes donde llevamos los enseres que poco a poco han ido llegando bordo. Este será  nuestra vivienda y refugio durante los próximos meses y en él conviviremos codo con codo durante muchas jornadas.



Saldremos de Valencia y bordeando todo el sur de la península, atravesaremos el estrecho de Gibraltar rumbo a las Canarias, donde haremos una primera escala disfrutando de algunas de sus islas. Bien aprovisionados y cargados de ilusión, daremos el salto al nuevo mundo cruzando el Atlántico y buscando el canal de Panamá donde esperamos sorprendernos con la majestuosidad de tal obra de ingeniería; una vez en el Pacífico nos recrearemos un tiempo en Ciudad de Panamá visitando a un buen amigo, oriundo de aquellas tierras pero que vive a caballo entre los dos lados del charco.



A partir de aquí el viaje que iniciaremos será toda una aventura, con rumbo suroeste iremos derivando hasta encontrar la isla de Pascua donde tenemos pensado quedarnos una temporada, allí intentaremos adentrarnos en la cultura de aquellas gentes y aprender sobre los misteriosos moais; una vez satisfecha nuestra curiosidad y dado que no nos marcamos plazos ni horarios encorsetados, zarparemos rumbo a nuestro destino final, la gran Tahití y sus islas satélites en las cuales  pensamos establecernos.



Cruzaremos el Pacífico con la mirada puesta en el horizonte a la espera de ver aparecer ante nuestros ojos, la silueta inconfundible de aquellas tierras volcánicas rodeadas por lagunas de aguas cristalinas, la exuberancia de su vegetación contrasta con los azules de los mares sobre los que se asientan y la población, siempre hospitalaria, recibe al visitante con una sonrisa en los labios. Tahití y su capital Papeete, serán nuestra primera escala en las islas; mucho hemos leído y visto a través de la red sobre esta ciudad cosmopolita, puerta de entrada al paraíso polinésico, pero estamos seguros de que lo que allí encontraremos, superará con creces todas nuestras expectativas.



Ya estamos deseosos de atracar en sus muelles y darnos un paseo por el Boulevard de la reina Pomaré, tomar una picada en cualquiera de las típicas roulottes en La Costanera o relajarnos a la sombra de las palmeras en el Parc Bougainville frente a la laguna; lo vemos con los ojos de la imaginación y aún tenemos miles de millas de navegación por delante, todo un reto que cumplir y que estamos a punto de iniciar. Todo puede cambiar una vez allí pero nuestra intención es instalarnos en la vecina isla de Moorea y para ello tenemos echado el ojo a un fondeadero en la bahía de Cook al norte de la isla, aquella zona es tranquila a pesar de la proximidad de algunos resorts de lujo con sus característicos bungalós overwater.


Una vez encontremos en tierra firme algo donde vivir, aquella zona será nuestra base de operaciones durante los próximos años, desde allí saldremos una y otra vez para recorrer los diferentes archipiélagos y allí regresaremos cada vez en busca de descanso y avituallamiento. No hay nada como ser dueño del tiempo, allí no habrá horarios laborales, ni fines de semana, ni finales de mes, todo serán unas largas vacaciones en las que esperamos conectar con la naturaleza y la cultura de aquellas tierras mientras otros en el viejo mundo, seguiréis acudiendo a vuestros monótonos trabajos, dando clases en la universidad y haciendo juegos malabares con el saldo de la tarjeta visa.


En nuestro diario de objetivos a cumplir están el conocer todas y cada una de las islas del archipiélago de la Sociedad, recorriendo sus enclaves arqueológicos y visitando los principales maraes, Bora Bora considerada la perla del Pacífico está marcada en grande entre nuestros destinos destacados pero también Huahine y las islas hermanas de Raiatea y Taha’a; saltaremos al archipiélago de las Tuamotu y allí exploraremos los grandes atolones de Rangiroa y Fakarava acercándonos al famoso Lagon Bleu donde nos deleitaremos con sus famosos fondos marinos; las islas Marquesas también ocuparán un tiempo importante en nuestro viaje, tan distintas y alejadas del resto.



El viaje Valencia-Papeete incluidas las escalas técnicas y estacionales, calculamos durará alrededor de un año, la permanencia en aquellas tierras vendrá dada por el desarrollo de los acontecimientos pero se presume será prolongada. Los satélites serán nuestra fuente de comunicación durante muchas jornadas en las que perdidos en la inmensidad de los océanos, iremos abriendo ruta cada vez más cerca del paraíso. Es nuestra intención crear un blog en el que iremos relatando nuestras experiencias a lo largo del que consideramos será el viaje de nuestras vidas, compartir nuestro día a día enriquecerá esta experiencia extraordinaria; esperamos que os guste como estamos seguros nos gustará a nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario