sábado, 9 de noviembre de 2013

EN LA BOCA DE UN ARBELLÓN

Todo rueda cuesta abajo, nada consigue detenerla, cada vez va adquiriendo más velocidad y la bola de la vida gana volumen en su carrera sin freno; la colina inclinada favorece su despiadado descenso cuyo final parece incierto pero nada halagüeño. Una vida desperdiciada que está a punto de irse por la boca de un arbellón sin dejar rastro de su existencia, momentos anónimos vividos en soledad, forman los eslabones de una cadena invisible a los ojos del mundo.

Todos los acontecimientos vividos son succionados por las entrañas de la tierra a través de esa boca insaciable, nada logra calmar su infinito apetito y formando una espiral de muerte y mierda, las imágenes retenidas en nuestras memorias van camino del averno donde serán cruelmente desintegradas. Intentas agarrarte al tiempo pero este desaparece entre los dedos como las arenas del desierto, nada dura, todo cambia y en ese cambio quien no se adapta sucumbe.

Locos delirios llenan mi cabeza y en ellos veo la descomposición del cuerpo abatido por los sinsabores de la vida, un ejército de larvas se cebarán con la carne inerte y en un festín macabro desapareceré sin un atisbo de esperanza; las gentes pasan mientras las cosas permanecen y en ese fluir continuo me pierdo en el recuerdo lejano. Rostros conocidos desfilan ante mis pupilas, lugares soñados abren sus puertas a mi paso y en ese viaje imaginario, los veo perderse entre las brumas.


Las estaciones van pasando y el tren no se detiene, desconozco mi destino final pero el trayecto por el que voy es inquietante y perverso, nada espero y nada dejo atrás pero la incertidumbre del viaje me oprime el alma y no me deja respirar; quiero bajar pero una fuerza invisible me retiene en el vagón vacío en el que se ha convertido mi vida. Oigo un silbato, el tren empieza a perder velocidad, poco a poco las cosas empiezan a pasar más despacio fuera de las ventanillas, entro en una estación oscura y solitaria, no consigo ver nada, el tren se detiene y noto como la vida se me escapa, final de trayecto. 

Estoy muerto pero… algo se desliza a mí alrededor y amenaza con engullir mis restos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario